top of page

Alvaro Izurieta, Poeta de la linea y el color

Retrato del artista plastico cordobes, su historia de vida y un repaso por las diversas etapas de su produccion artistica

SINOPSIS

     Una visita al Taller-Museo que Izurieta posee en la ciudad de Unquillo (Córdoba, Argentina), permite tomar contacto con su extensa y variada producción que conforma, al día de hoy, una solida e importante Obra.
     

     A modo de retrospectiva, apreciaremos sus dibujos y pinturas,  la utilización que el artista hace de las diversas técnicas: grafitos, tintas, pasteles, acrílicos u oleos, como así mismo, su particular estilo para abordar tanto el paisaje, el retrato, la figura humana o el autorretrato.
     

     Conoceremos así, en ese recorrido, las distintas etapas de producción, y una verdadera sinfonía de la línea y el color nos revelará  tanto su enorme libertad creadora como su profundo humanismo.
 

      A su vez, el registro de las conversaciones  con el Artista al momento de recorrer su Taller, ó mientras realiza su trabajo, como así también las que se producen en ocasión de visitar el Museo Ferreyra de la ciudad de Córdoba, o al asistir a un encuentro de Izurieta con los jóvenes estudiantes de Arte, nos posibilitará acercarnos al pensamiento del Artista sobre diversos aspectos del Arte, sus preocupaciones, sus búsquedas,  o las motivaciones que lo llevaron a dedicar su vida a la expresión artística.

     Finalmente, el testimonio de familiares, colegas o ex- discípulos, será el complemento ideal que nos permitirá conocer su historia de vida, sus rasgos personales más característicos. En suma, conocer al Hombre que explica al Artista que sin dudas es Álvaro Izurieta.

Motivacion del director

Mario Cuello

     Conocer la obra de Álvaro Izurieta fue impactante para mí.

     

     Los motivos...? varios: la soltura y, a la vez, la precisión de su trazo, el manejo del color, la gran versatilidad en la utilización de las diferentes técnicas, el hecho de ser un artista que se mueve dentro del llamado arte figurativo, las temáticas abordadas, el tratamiento de la figura humana, el virtuosismo de sus retratos, el clima de sus paisajes y, fundamentalmente, la libertad con la que se expresa más allá de toda moda o imposición de críticos o galeristas.

     

     Álvaro Izurieta es un artista contemporáneo, nacido en la provincia de Córdoba, con más de 50 años de labor dentro de la expresión plástica, confeso admirador de los grandes pintores Clásicos a los que considera sus Maestros y a los que ha dedicado, y dedica, años de estudio. Obviamente, también tiene sus referentes nacionales. Algunos lo han precedido en el tiempo y otros han sido o son contemporáneos, entre los que se encuentran José Malanca, Ramón Gómez Cornet, Miguel Diomede, Lino Enea Spilimbergo, Antonio Pedone, Eugenio Daneri, Francisco Vidal, Antonio Berni, Carlos Castagnino, ó Carlos Alonso.

     

     Un encuentro con Izurieta me permite recorrer, a modo de retrospectiva, por sus principales trabajos: dibujos, tintas, acuarelas, pasteles, acrílicos, óleos y esculturas, sus variadas temáticas, la evolución en sus formas, y, finalmente, la aparición clara de un estilo propio que se afirma en la conformación de una obra  sólida y coherente.

     

     Encuentro que, por lo demás, se traduce en horas de conversación con el Maestro quien con su histrionismo, su locuacidad, pero sobre todo, con su gran pasión por el Arte, contagia y entusiasma. Se suceden, sin solución de continuidad, todos aquellos temas que van conformando su mundo especial y que nos hablan de sus preocupaciones, de sus intereses. Surgen así las referencias a las diferentes etapas en la historia del Arte, de la pintura en particular, a su interés por los jóvenes estudiantes, a el sentido humanista de su obra, a su preocupación permanente por el Hombre –eje de su temática-, a su posición frente a ciertas modas o imposiciones de la crítica o de galeristas que él ha decidido dejar de lado para pintar con absoluta libertad, y todo esto, entrelazado con las referencias personales que tienen que ver con su propia historia de vida, con sus orígenes familiares y con la familia constituida. Es en ese juego, en ese entrecruzamiento, donde se nos hace evidente que la Obra de Izurieta y su persona, se explican mutuamente.

   

      Ver al artista en la intimidad de su taller, en plena tarea creativa, ser testigo de ese proceso casi mágico en el que veo cómo un trozo de lienzo en blanco se convierte en la expresión vigorosa y colorida de Izurieta, poder escuchar -de su propia voz-, sus reflexiones respecto a su producción artística, es un privilegio que aspiro compartir con todas aquellas personas que tengan la posibilidad de ver este film, largamente deseado por mí.

bottom of page